No se porque había subido nuevamente, pero aunque yo luche en contra de aquel instinto nunca logre quedarme tranquila sabiendo que aquellas escaleras de roble estaban allí… que aquel cuarto olvidado esperaba la visita de aquella persona que ha sabido cuidarla y valorarla. Yo sabia bien que eso no me ayudaba, que los recuerdos me lastimaban y que me iba destruyendo de a poco; pero realmente era mas fuerte que yo y nuevamente me encontraba subiendo escalón por escalón por esa majestuosa pieza antigua.
Todos los días pasaba lo mismo, me levantaba con el propósito de no subir, pero nunca lo lograba. Cada momento en esa casa me hacia recordar a aquel incidente que rondaba y sigue rondando por mi mente y perturba mis sueños en la noche. Pero sin embargo estar allí me aliviaba de cierta forma y me hacia sentir en mi hogar… en que ÉL aun estaba y me decía piropos que hacían que me sintiera como una reina. Nunca podré olvidar en el instante en el que lo perdí… en el momento en el que me lo arrebataron de mis manos y con el también mataron la parte mas hermosa de mi ser… ese y esos momentos en el que abría la puerta de esa habitación para contemplar lo que alguna vez fue un lugar acogedor quedaran por siempre en mi mente… aun ese cuarto olía a el aunque habían pasado años… cuando caminaba desde la puerta hacia la ventana mil cosas cruzaban por mi mente. Siempre estaban las cortinas abiertas para que entre la luz del sol y ilumine todo lo que reviviera los más hermosos recuerdos. Allí me sentaba sobre aquella mecedora que el había comprado al darle la buena noticia de que íbamos a tener el fruto de nuestro amor y que tan solo en 8 meses y dos semanas seriamos padres.
El había comprado ese mueble solo para que me sienta un poco mas cómoda en esa inmensa casa en la que nos habíamos mudado tan solo un mes antes.
Horas me pasaba mirando a través de la ventana hacia la calle con aquellos árboles llenos de aves que en invierno aquella vista se transformaban en el mas hermoso de los paisajes…
Lo único inusual de ese día fue que al mirar hacia la ventana no vi ninguna ave… ninguno de aquellos seres que me brindaban toda esa esperanza que yo necesitaba para seguir día a día estaba posado en los inmortales árboles… al no ver nada mi alma se estremeció y sentí que todo en mi vida se derrumbaba. No hice mas que esperar a que aquellas brillantes criaturas se posen sobre las rígidas ramas.. En cambio no apareció nada, ni un animal, ni un vehiculo y menos una persona… ni siquiera un alma.
La espera se me era eterna y me odie por haber subido esa mañana, me hervía la sangre y no soportaba mi existencia, nadie me podría haber detenido, lo se, y me odie a mi misma de tal forma que sin darme cuenta yo ya estaba bajando las escaleras a toda velocidad, golpeándome con las astillosas barandas de lo apurada que estaba; crucé el pasillo esquivando todo a mi paso, entre desesperadamente a la cocina y sin pensarlo dos veces ya tenia un cuchillo sobre mis manos. Con toda la rabia y furia que sentía hacia mi, hacia el pasado y hacia esos mountruos que se hacían llamar personas que me habían llevado lo mas hermoso de mi vida rompí con ese cuchillo afilado esa piel tan sensible y con ella las venas que estaban a su paso. Pero no sentí dolor. Al contrario, sentí un alivio que me llegaba a lo profundo de mi alma. Me sentía eufórica de tanta alegría que tenia hasta que vi a mi hija corriendo hacia mi llena de lagrimas y con la mas desesperada mirada de tristeza en sus ojos… no podía creer que había hecho sufrir a una persona tan bella como ella, ella que era tan perfecta y que cuide con cada una de mis fuerzas… tomo con su mano izquierda mi muñeca que sangraba y la apretó firmemente, mientras tanto, entre sollozos llamaba por teléfono con la mano derecha… todo eso me partió el corazón, tan solo con menos de un minuto arruine una parte del ser de mi hija.. Ese momento me hizo transformar esa alegría que sentía en una culpa inmutable. Nunca había sentido tanta tristeza en toda mi vida y la perdida de sangre hacia que yo me desvaneciera lentamente con la penosa imagen de mi hija en mi cabeza y con los peores sentimientos en mi corazón. Después de eso simplemente me desmayé.
Luego de semejante escena me desperté en este lugar tan triste, tan incomodo. Abrí los ojos estando sola y encontré los libros de mi hija a mi costado, con su cuadernillo y su cartuchera... No se me ocurrió otra cosa mas que escribir todo esto para que si alguna ves yo vuelva a cometer semejante equivocación y no logren salvarme sepan que lo hice por estos sentimientos que me desgarran el alma y que hacen pensar en solo una cosa, en lo que hubiera pasado si tan solo me hubiera acordado de cerrar la puerta de la entrada aquella dolorosa noche.
Tu padre siempre decía… “el sentimiento detrás de esto siempre será eterno”, acuérdate, hijita mía, que yo daré todo por ti… y que no dejare de amarte pase lo que pase… porque detrás de todo lo que hemos tenido que pasar nuestro amor siempre a sobrevivido y todavía queda la esperanza de superar todo y lograr ser felices sabiendo que tu padre esta cuidándonos desde lejos y deseando lo mejor para ti…
Te amo… mamá.
Carla Bernhardt – 03:05 h. - 08/02/2010
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